Editorial del diario La Nación, de Costa Rica, publicado el martes 11 de diciembre de 2007
- Gracias a su solidez y visión, hoy es una universidad de clase mundial
- Al hablar en la XV graduación, Muhammad Yunus hizo honor a sus valores
Costa Rica alberga dos instituciones internacionales de educación superior de las que tenemos razones de sobra para sentirnos orgullosos, por su calidad, trascendencia, capacidad de evolucionar con los tiempos, y los claros múltiples que brindan, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Se trata del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), fundado en 1964 y que, desde hace algunos años, se proyecta como la Escuela de Negocios Incae, una de las más reconocidas de América Latina, y la Escuela Agrícola Regional del Trópico Húmedo (EARTH), creada por ley en 1986, abierta en 1990 y hoy convertida en Universidad Earth.
Esta última institución celebró el viernes pasado su XV graduación, en la que 90 jóvenes (hombres y mujeres) de 21 países de América Latina, África y Asia, obtuvieron su título de ingenieros agrónomos. En la ceremonia, que contó con la presencia del presidente Óscar Arias y presidió el rector, José Zaglull, el orador de fondo fue Muhammad Yunus, premio Nobel de la Paz 2006, y quien, por su trabajo en el desarrollo de microcréditos en su país, Bangladesh, y mucho más allá, es mundialmente conocido como “el banquero de los pobres”.
Con su mensaje de responsabilidad individual y social, de solidaridad hacia nuestros semejantes, de confianza en las capacidades de los seres humanos y de búsqueda de soluciones prácticas a acuciantes problemas de la humanidad, Yunus representa los valores que, junto a su gran solidez académica, son consustanciales al quehacer y la misión de Earth. Por esto, y por su inspirador mensaje, recogido parcialmente en una entrevista que publicamos en nuestra edición del sábado, fue un enorme acierto invitarlo para su conferencia magistral, y un merecido homenaje distinguirlo con el primer doctorado honoris causa que concede la institución.
Cuando se decidió su creación, algunos sectores retrógrados –de índole similar a los que, ahora, rechazan nuestra inserción plena en la economía internacional– se opusieron a Earth con argumentos tan absurdos como que representaría una competencia indebida a la Facultad de Agronomía de la Universidad de Costa Rica, que sería una especie de Caballo de Troya académico de los Estados Unidos, o que se convertiría en una carga innecesaria para el Estado.
Nada de esto sucedió, sino todo lo contrario. Como institución privada sin fines de lucro, Earth posee un modelo organizativo que combina la independencia de sus decisiones con una sólida vinculación a las comunidades, los sectores productivos y las fundaciones internacionales. Además, anualmente gradúa sólidos profesionales con un profundo sentido solidario y capacidad de liderazgo, lo cual los convierte en positivos agentes de cambio dentro de sus comunidades, tal como Yunus, dotado de cualidades excepcionales, logró serlo en Bangladesh.
Earth es, en estos momentos, una referencia mundial en el ámbito de la enseñanza, la investigación y la integración comunal de la actividad agrícola, y ha añadido a su sede de Guácimo, Limón, la mayor parte de la finca La Flor, donada por Marjorie de Oduber, para establecer el campus “Daniel Oduber Quirós”, especializado en agricultura del trópico seco. Fiel a su misión internacional, cada vez ha diversificado más su población estudiantil y cuerpo docente, pero su aporte más directo, en graduados e impacto de múltiple índole, se da en Costa Rica.
Con la graduación del jueves, llegó a 1.182 el número de profesionales que han salido de sus aulas, laboratorios y campos de práctica; una verdadera legión de abanderados del desarrollo, que hace honor a las dos últimas líneas de su himno: “La Earth es progreso, la Earth es trabajo / nuestro orgullo está en la Earth”.
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